lunes, 12 de mayo de 2008

Concepto

Cristina Álvarez reinares nos cuenta en su libro publicado por la editorial yalde y titulado “la piel como frontera, tocar, sentir, ser”, Que la piel que nos envuelve es la vía más profunda y directa de intercambio personal. Placeres y dolores arrancan y se expresan a su través.

Añade que nuestra piel es espejo para los demás y delatora de nuestros estados afectivos. Por otro lado nos habla de La prohibición del que refleja el temor ancestral a los contactos corporales. Tocar y que nos toquen puede ser fuente del más hondo placer o de la impresión más repulsiva.

También reflexiona sobre la importancia para la sociedad, a partir del tocar y del sentir se estructura en gran modo nuestro ser. Podríamos decir que somos según lo que hemos sentido.

Trata también temas como La erótica de la piel: donde reflexiona sobre como La piel es la zona erógena por excelencia. Parece como si el cuerpo humano estuviese delimitado por un cubrimiento de sensualidad que se abre al mundo, ofreciendo unas vías de intercambio entre las posibilidades de dar con las posibilidades de recibir. Todos los sentidos se asoman a la piel para captar los mensajes gratificantes que le llegan por vía distal: los olores, los sonidos, los colores y las formas, o leves contactos, los dedos amorosos que la repasan, la calidez de otra piel en contacto.

La piel centraliza y vincula pequeños y grandes placeres

En mi obra la piel esta reflejada como frontera, como una coraza que nos protege y nos hace sentir, una fina capa débil pero de gran importancia sensorial, como fina y sensible capa que delimita el cuerpo y lo contiene, al mismo tiempo que nos embellece y suaviza nuestros rasgos (solo hay que pensar como seriamos sin ella) a si como nos sirve de capa de protección, que nos protege fuertemente del exterior, nos hace sentir lo bueno y lo malo que este puede darnos, y la sensibilidad que tiene nuestra piel nos hace de enlace sensorial con el resto de las personas, con las que nos permite una interacción mucho más intima y en ocasiones mas dolorosa o placentera con quienes y lo que nos rodea como reflexiona cristina Álvarez.

Si hablamos de las emociones podemos decir que estas obras son una interpretación minimalista del cuerpo que no busca una sencillez estética, sino emocional, que el espectador sienta únicamente la belleza que transmiten o que dibujan las formas del cuerpo humano, que no busque más allá, que no se pregunte de quien se trata, solo debe observar, recorrer los límites con la mirada y …

Tomando como punto de partida otra de mis ideas, pretendo Mostrar el cuerpo a través de sus limites, de los contornos delimitados por la piel, de la línea que dibuja su piel. He optado por una representación del cuerpo en la que no se identifica como persona concreta, no tiene identidad, si no como forma portadora de belleza, lo que me lleva a un uso de la línea, únicamente de su exterior, que no aporte rasgos de identidad, únicamente que dibuje formas, curvas, ángulos y que esto en su conjunto sea identificado como un cuerpo humano de gran belleza. El trabajar a partir de líneas me a llevado a los contrastares y sobre todo los contrarios, el vacío frente al volumen, lo que me dirige a enfrentar fotografía con dibujo, inmediatez con espera, blanco con negro…; todo esto está muy determinado por el proceso ya que parto de fotografías para transformar el cuerpo humano en dibujo de línea, fotografía enfrentada al dibujo.

Concepto de Blanco sobre negro:
teniendo en cuenta que las personas identificamos como fotografía la expresión plástica en la que lo representado está sobre un fondo de color, negro en este caso, y reconocemos como dibujo lo que está sobre un fondo blanco, he trabajado este enfrentamiento no como confrontación, sino como apoyo del dibujo a la fotografía o viceversa.


Esta obra, situada entre el dibujo de línea y la fotografía, representa la piel como órgano vital de nuestro cuerpo, el mayor de todos, un órgano muy sensible pero de una importancia vital no solo para protegernos, sino como uno de los sentidos sin el cual no podrimos vivir, ya que mediante el tacto completamos la información que nos transmiten el resto de sentidos, no creemos nada si no lo vemos o lo tocamos.

Así que tras estudiar los límites del cuerpo se abre un camino que me dirige inexorablemente a preguntarme: ¿como reconocemos los límites?


La idea de cuerpo como forma de volúmenes que ocupan un espacio delimitado por la piel (la línea) y el vacío que se sitúa a su alrededor es lo que lo delimita y le hace ser, ocupar un espacio reconocible por sus límites. Por lo que he usado la línea para delimitar las formas, para diferenciar entre el cuerpo y el espacio, Entre lo lleno y lo vacío, lo positivo y lo negativo...


En mi obra he ido notando como crecía una Influencia de estética oriental tanto por la gama cromática con la que he trabajado, como por los formatos, y estilos de realización, así que tras todas las investigaciones, reflexiones e ideas que me han ido surgiendo a lo largo de la realización y el desarrollo de este proyecto, he tomado la influencia de las estéticas orientales, como apoyo a mi obra, no como punto de conexión ni de influencia.


Tras pensar muy detenidamente si adentrarme en el mundo de la estética oriental he llegado a al conclusión de que lo que beneficia mi obra es tratar ese conjunto de estéticas adaptándolas a mi obra, cogiendo únicamente los elementos beneficiosos para un mejor resultado de la misma, como son formatos y gamas cromáticas.

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